Cuenta la Leyenda dorada
que el bondadoso fortachón
trepó al niño en sus hombros
y comenzó a cruzar el río.
Al tiempo que crecía el peso
del niño, aumentó el nivel de las aguas,
como si su cuerpo fuera de plomo.
Hacia la mitad del cauce
Cristóbal creyó que no podría
soportar el ímpetu del río
ni aquella carga enorme, intolerable.
Sus pies se hundían en el fango.
Pero se sobrepuso y cruzó.
“Cristóbal –dijo el niño entonces–,
no te extrañe ese peso terrible
porque sobre tus hombros cargabas
al mundo entero y al dolor del mundo.”
Y es cierto. Este mediodía los vi.
Bajaban juntos la cuesta
empedrada del cerro, rumbo al lago.
El niñito, ahora adolescente, trastabillaba;
era visible su dificultad al andar, su lucha
por hacer los más simples movimientos.
El hombre lo tomaba del brazo,
lo soltaba, volvía a sostenerlo.
Llegaron al final, donde el talud
se convierte en una escalera.
“¿Y ahora?”, pensé.
Pues nada: el hombre le ayudó a subir
sobre su espalda, a caballo.
Descendieron, paso a paso,
escalón tras escalón.
Atravesaron la carretera
bajo el sol del verano
–yo diría que contentos–
hacia el lago impasible. ~
La administración como tema
Los ejemplos para vivir bien, los instructivos prácticos o los consejos para gobernar son muy antiguos. La educación administrativa es, comparada con esos saberes, algo muy reciente.
Jaime García Terrés y la cultura liberal
Nieto de porfirianos eminentes, como nos lo recuerda José Emilio Pacheco, uno de sus discípulos más fieles, el carácter de Jaime García Terrés (ciudad de México, 1924-1996) ha sido definido de…
La lentitud de la luz
De vez en cuando hay que reconocer los logros del conocimiento científico, aun los menos significativos, y este verano no es mal momento para ello. Gracias a la astronomía, hoy sabemos que…
Idea de un lector
La industria editorial genera lectores. ¿Qué tipo de lectores somos según las grandes editoriales?
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES