Señor director:
Sobre la ilusión del progreso (número 72, noviembre), pienso que vale de ella la autoeducación como fiel del desarrollo cultural alcanzado. Porque, parodiando el apotegma hipocrático, aunque hay enfermedades, lo importante es el enfermo. Y la encuentro como cuando sobre el espejo de un lago cae una piedra. Resultan a priori prácticamente inmensurables las amplitudes culturales, sociales, comunitarias que alcancen las ondas. Durante la ejecución de un concierto de la OFUNAM, una viola aumenta los decibeles de su parte sin responder a las indicaciones del director; entonces éste, con amable gesto, la invita a ocupar el sitio del solista terminando la total partitura, con la ovación del público cuando llegó a su final.
Atentamente
La encuesta invisible
Un falso debate se ha apoderado de la opinión pública mexicana desde que hace una semana Carmen Aristegui convocara en su programa de radio por televisión, valga la inconsistencia, a Carlos…
El parto que viene
La alternancia en el Poder Ejecutivo es el capítulo pendiente de la democracia electoral mexicana. El hecho de que pueda no advenir tras los comicios de julio del 2000 no invalida los…
Ismaíl Kadaré: un viaje a Albania
“No llegué a la literatura desde la libertad, sino a la libertad desde la literatura.” No dejaba de pensar en esta frase dicha por Ismaíl Kadaré en los…
A la espera de los bombarderos
Yo no sé qué esperan todavía. Las noticias sobre el inconmensurable poder de las redes de narcotráfico mundiales van cayendo día tras día, y,…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES


