Fui a ver a Bob Dylan en San Diego y sobra decir que fue todo un acontecimiento. El repertorio fluctuó entre temas recientes de discos como Modern Times y obviamente Tempest, así como temas clásicos como “Tangle up in blue”, “It ain’t me, babe”, “Visions of Johanna” y, para cerrar, “Blowin’ in the wind”. Por primera vez vi a un Dylan condescendiente con sus fans, con esporádicas sonrisas y extraños y hasta cierto punto enternecedores bailes sobre el escenario, pasando del piano a la armónica y la guitarra eléctrica. El público lo ovacionaba, pedía más pero no era suficiente. La gente aún quiere a Bob Dylan, aún lo estima. Ir a verlo a sus ya 71 años fue un recordatorio de que Dylan continúa reinventándose, sin dejar de ser él mismo. Nunca decepcionante, siempre magistral. Toda una experiencia. ~
El silencio de Perceval
Nieve algunas palabras y tres gotas de sangre Qué poco…
Javier Marías y el miedo a los perros
El escritor español critica en una columna a los perros y a sus dueños: detrás de su desprecio hay un hombre temeroso.
Cataluña y la intolerancia
Una de las razones fundamentales de la ficción en que se desarrolla la actividad política y cultural catalana ha sido, sin duda, la actitud de los intelectuales. En Cataluña, a diferencia de…
Three times, de Hou Hsiao-hsien
tres épocas (1911, 1966, 2005), tres urbes (Dadaodeng, Kaosiung, Taipéi), tres temas (libertad, amor, juventud), tres hombres y tres mujeres interpretados por dos actores (Chang…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES



