
Enrique Serna
(ciudad de México, 1959) es narrador y ensayista. Alfaguara acaba de publicar su novela más reciente, El vendedor de silencio.
¿Se puede querer a la humanidad?
A pesar de la coacción moral ejercida por las religiones y las utopías igualitarias, la mayoría de los mortales fluctuamos constantemente entre la filantropía y la…
juventud perforada
Mariana es una quinceañera rebelde que se junta con una pandilla de darkies. Sus padres son amigos míos y cometieron el error de regañar a la niña por rendirle…
Vidas de Santa Anna
Cuando me documentaba para escribir El seductor de la patria, encontré una noticia insólita sobre la fama internacional de Santa Anna: según el historiador Oakah L. Jones…
Vampiresos
Gracias a los recientes melodramas inspirados en la vida de Oscar Wilde, y en la cruenta pasión de Verlaine y Rimbaud, el equivalente masculino de la femme fatale empieza a conquistar…
El idioma del amo
A principios de los ochenta, por iniciativa de Margarita López Portillo, los académicos de la lengua emprendieron una campaña publicitaria para defender el español…
Duro deseo de durar
“No hay peor vulgaridad que tratar de ser distinguido”, dice un aristócrata en una novela de Patricia Highsmith. Lo mismo sucede con el deseo de inmortalidad literaria. Era…
Periodismo ministerial
A fines del año pasado, un grupo de conspicuos abajofirmantes alzó la voz para impedir el cierre de El Día, en solidaridad con los trabajadores del diario, sobre quienes pendía la amenaza de…
Transgresores de oficio
cartas02 Desde que las vanguardias de principio de siglo proclamaron el derecho de la imaginación a pasar por encima de cualquier impedimento moral o social, la modernidad se enfrenta a un…
Giros negros…Nuevas víctimas del pecado
El espíritu de contradicción de la juventud puede aprovecharse con fines educativos. Si usted, amable lector, quiere que sus hijos sean estudiosos, deportistas y fieles a sus parejas, no…
Giros negros…El imán del andrógino
“¿Qué le verán las mujeres a Leonardo Di Caprio, si es una nena?”, me comentaba hace poco un amigo al que no podría tildar de conservador, pero…