El 26 de agosto de este año celebramos un siglo de Julio Cortázar, que nació en Ixelles, Bélgica, en un momento terrible para Europa y para el mundo. Reconozco que la efeméride centenaria es un motivo trivial, un pretexto para ensayar sobre la figura y la obra de uno de los autores más destacados de nuestra lengua. Cortázar fue, sin duda, un escritor revolucionario: por su concepción del lenguaje, por la forma en que trastocó la estructura de sus novelas, ensayos y cuentos, y por su adhesión ferviente a las causas revolucionarias de su tiempo. Mientras que otros autores de su generación –Octavio Paz el caso más visible– fueron con los años renegando de su pasado revolucionario, Julio Cortázar, desde su visita a Cuba en 1962 hasta su muerte en 1984, fue haciendo cada vez más hondo su compromiso con las causas insurgentes latinoamericanas. “Es un hombre que nos ha liberado –escribió Carlos Fuentes al crítico Emir Rodríguez Monegal–, que nos ha dicho que se puede hacer todo.”
El ancla oculta
Donna Tartt, Un juego de niños, Barcelona, Areté, 2004, 688 pp. Con tan sólo dos novelas que suman en total unas mil quinientas…
Los libros que nadie va a escribir
Siete libros que sabemos que nunca vamos a leer porque no existen.
Nadie anda por ahí
Quien diga que veinte años no son nada debe desconocer el caso de Jean-Claude Romand, acertijo con rasgos humanos nacido en febrero de 1954 y establecido en Prévessin, un villorrio de la…
Orson Welles en el Horno de Santa Teresa
ALBUM DE INSTANTES 3 Voluminoso, agrandado por acumuladas capas de sí mismo, entrando en el Horno de Santa Teresa como un bonachón y jocundo oso mitológico, su ventripotencia moviéndose entre…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES