Me gustan los italianos —ellos son como los grusinos:
sangre caliente y vino seco.
Me gustan las naranjas italianas
y también las de otros lugares.
Me gustan los macarrones con el nombre de espaguetis
y el sol sureño y el sur soleado.
Sueño con hijos italianos
y un esposo italiano
y el mar alrededor…
sueño en Venecia y las góndolas
y mi yate que amarrado me espera
y mis niños que van a una escuela italiana
y mi esposo italiano que alborotado conversa, como el mar. –
Elena Kazantzeva (1968): Publicó en Riga, Letonia, un único libro de poemas, en 1992.
Breve florilegio de la vidita literaria/ y 2
La segunda parte de los aforismos sobre el mundo literario.
Hollants, la feminista católica
A finales de 1961, una mujer menuda y de cabello cano, con el aspecto grave que le daban 56 años vividos en la resistencia antifascista, llegó a Cuernavaca. Sin saber ni jota de español, la…
Curzio Malaparte, el último condotiero
Firmó un libro sobre cómo dar un golpe de Estado, caricaturizó a dictadores y mantuvo una relación de escandalosa ambigüedad con el fascismo. Su personalidad contradictoria permite entender la…
Clisés para una oda a la ciudad y puerto de Santa María de los Buenos Aires
Una crónica lírica del puerto argentino
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES