Señor director:
Escribo desde Venezuela y cuando observo lo que Villoro es capaz de hacer con una fotografía [Letras Libres no. 83], cuando termino de leer su excelente novela El Testigo, me embarga una especie de vergüenza ajena por los “distinguidos” miembros del Premio Rómulo Gallegos a quienes Villoro sólo les sirvió para colocarlo en la lista de los oscuros finalistas mientras se premiaba a un escritor español muy menor pero que había hablado bien de la manoseada revolución chavista. En Venezuela hay una legión de lectores clandestinos que reconocen a Villoro como heredero de esa magnífica literatura que es la mexicana. –
Postales del linchamiento
En el año 2000 el anticuario James Allen organizó una exposición que recorrió los Estados Unidos para mostrar la historia de los linchamientos y denunciar que había sido eliminada.
¿Y las escritoras?
Estimado director:He comprado algunos números de la revista y acabo de suscribirme, pero me impresiona negativamente comprobar que, por ejemplo en el número de mayo, de las 36…
Si Madero no hubiera muerto
Para Nina y Lorenzo Zambrano. El Centenario de la Revolución es un buen momento para plantear la más herética de las preguntas: ¿qué habría pasado si Madero, en vez de optar por las armas,…
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