el cine japonés de horror versión remake (ahora cortesía del brasileño Salles) continúa tropezando con la más inconveniente de las piedras del género: la repetición. Nada hay peor que lo predecible cuando uno va en busca de un buen susto. Agua turbia debería marcar la decadencia de la moda del llamado “Jhorror“. No es casualidad, quizá, que todo en la propia película sea decadencia y descomposición. Dahlia (Jennifer Connelly) se muda a un decadente apartamento en la decadente isla Roosevelt de Nueva York sólo para enfrentarse a los demonios de su decadente matrimonio y a (¡sorpresa!) una niña de larga cabellera que emerge de entre aguas encharcadas para aterrorizar a cuanto incauto se cruce por su camino. Todo lo hemos visto antes. Y aburre. Al final, sólo diez minutos de inesperada ternura salvan, para los muy indulgentes, la cinta. Con Tim Roth como un abogado… decadente. -L.K.
Precursores reaccionarios
La obra entera de Jorge Luis Borges puede leerse como una Biblia donde las frases resultarían proféticas, una forma prestigiosa de la esticomancia –extraño nombre para la superstición…
Autocrítica
Señor director:Héctor Toledano, en la sección “Letras, letrillas, letrones” (Letras Libres número 54) nos hace reflexionar sobre el sistema de justicia…
El castigo de que el tiempo no pase
Encerrar a alguien en un lugar sin nada con qué entretenerse constituye una tortura. Una novela de Zweig, un cuento de Borges y la película El día de la marmota plantean distintas formas (y…
Homenaje a Fernando Savater
SAVATER O ¿CÓMO QUE TODO? Me consta que a su pesar, se está hablando mucho y bien y mucho y mal de Fernando Savater en los últimos…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES


