Me impresionó mucho el reportaje “Treinta días viviendo como un cubano”, de Patrick Symmes, que publicaron en su número de enero. Cuba ya no es solo una cuestión ideológica –aunque los que siguen apoyando el comunismo deberían haber aprendido la lección– sino de pura dignidad material: ¿cómo puede alguien con el sueldo medio de su país pasar hambre y verse obligado a delinquir? ¡Imagínese a un español al que no le alcanzara para comer con 1.200 euros al mes!
Efrén Hernández, obsesión por los abismos
“El destino del hombre es su carácter”, dicen que dijo Goethe, y yo no lo aseguro porque no me consta si lo dijo. Efrén Hernández Además de parecer, no solo por su físico,…
¿Orgullosos de ser ignorantes?
Obama está en lo cierto pero por causas equivocadas: la ignorancia no solo no es una virtud, sino que para grandes sectores de Estados Unidos representa un destino ineludible.
Tráigame la cabeza de Charlie Kaufman
Imaginemos a un titiritero que monta su show de marionetas en las esquinas para representar el drama de Abelardo y Eloísa y que, para sacar adelante su matrimonio con una fanática de los…
La ficción itinerante
La nueva novela de Carlos Manuel Álvarez (Matanzas, 1989), Falsa guerra, se mueve hacia un territorio de mayor dificultad y experimentación formal, respecto de su anterior Los…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES