Es interesante el balance –creo que muy negativo– que Ricardo Cayuela Gally y Rafael Lemus hicieron de la celebración del bicentenario mexicano (Letras Libres, 114). Sobre todo, porque parece que allí ha sucedido como aquí: mucho preparar, mucho hablar, mucho cargo –¡Felipe González fue nombrado embajador para la celebración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas, así, con todas sus letras!– para nada. Es difícil saber si España tenía mucho que celebrar, la verdad, pero, si se puso tanto énfasis y tanto se prometió, algo se podría haber hecho. Pero claro, eso habría significado tener ideas en política exterior. ~
Cómo se pierden las democracias
En México, hace exactamente cien años, el discurso del escarnio, esparcido por un sector influyente de la prensa, desalentó y desorientó al ciudadano, y creó el escenario del magnicidio.
Lux ex tenebris
Para entender el comienzo del liberalismo en España hay que analizar la Ilustración y la crisis del Antiguo Régimen.
El secuestro del Islam
El Islam, una religión de más de mil millones de fieles, ha sido secuestrado. Con la confirmación de las sospechas de la primera semana, los atentados suicidas contra el…
Premios de consolación
Quizás en Madrid no existan lugares más extraordinarios que esas tiendas a las que se conoce como “los chinos”. Las hay de todos tipos y las mejores están…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES


