He comprobado que después de Ciudad de Dios no sale a relucir la movida discusión que proponen las películas de libros; nadie busca pleito repitiendo por enésima…
Implacable polemista, la muerte de Kierkegaard, el 11 de noviembre de 1855, fue un verdadero alivio para sus paralizados enemigos, a los cuales no les quedó sino el infundio, el libelo, la difamación.
Llegado este punto del año, debo decir que han sido malos tiempos para la poesía mexicana. Ningún libro me ha causado un impacto real y los pocos que me han gustado tampoco me parecen…