Otro asesinato de una madre que buscaba a su hijo. La madrugada del 24 de abril fue atacada y asesinada María del Carmen Morales. Tres semanas atrás murió Teresa González Murillo luego de que intentó defenderse de un secuestro; ella buscaba a su hermano desaparecido.
En México te pueden secuestrar y desaparecer a tus hijos y hermanos impunemente. Y si los buscas puede ser que termines también perdiendo la vida.
¿Por qué en México las madres de sus hijos desaparecidos deben encargarse de su búsqueda en lugar de que lo haga el gobierno? Hasta hace poco el gobierno federal ayudaba con un poco de dinero a los grupos que buscaban a sus hijos, pero esa ayuda desapareció o menguó considerablemente porque el dinero llegaba del USAID que Trump abruptamente canceló. Quedaron nuevamente solas.
Las imágenes son terribles. Señoras de edad avanzada recorriendo zonas áridas con un palo como ayuda. Alguien les avisa de algún indicio. Y allá van, con sus sombreros o mascadas para cubrirse del sol. Clavan el palo en la tierra, si se hunde con cierta facilidad, excavan. Si tienen algo de suerte encuentran cuerpos o miembros mutilados que no se han descompuesto. Si tienen mucha suerte reconocen alguna ropa o identifican los cuerpos de sus hijos por alguna cicatriz. Lo normal es que los cuerpos ya estén descarnados, restos de difícil identificación. Avisan al gobierno estatal, que tarda en llegar para llevarse los cuerpos y, después de un largo tiempo de espera, ofrece los resultados que relacionan esos restos con los de algún desaparecido. La tarea es ingrata, monstruosa. Las madres buscadoras son amenazadas por los grupos de delincuentes. Van a buscar a sus hijos desaparecidos jugándose la vida. No son pocas las que han asesinado. El gobierno federal no ayuda, más bien estorba.
Casi al comienzo de su gobierno, López Obrador recibió en Palacio Nacional a un grupo de familiares que buscaban a sus hijos. Una madre se adelantó y se hincó ante el presidente pidiéndole ayuda. El presidente le dedicó, literalmente, unos segundos. La madre buscadora no volvió a tener noticias de su hijo.
El gobierno creó el Sistema Nacional de Búsqueda. Organizaciones de derechos humanos y familiares de desaparecidos han denunciado que el Sistema presenta problemas como la pérdida de información, la falta de transparencia y la revictimización de las familias.
Otro ejemplo de la actuación de las autoridades ocurrió en relación al rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco. Un grupo de familiares de desaparecidos recibió indicios de que en ese lugar podían encontrar a sus familiares o lo que quedara de ellos. Sin recursos, tardaron meses en poder acudir. Cuando llegaron registraron imágenes que le dieron la vuelta al mundo: cerros de zapatos sin dueño, montones de ropa, pozos crematorios, huesos de personas, túmulos de ceniza. El gobierno estatal, de la mano de la FGR, a los pocos días limpió el rancho, cubrieron con cemento los pozos crematorios y organizaron un tour para los youtubers del gobierno, solo para que dijeran que ahí no había nada. Pero esto no terminó ahí. Las madres buscadoras que denunciaron lo que pasaba en ese rancho comenzaron a ser hostigadas y amenazadas de muerte. Eso puede suceder si tu hijo desaparece: lo buscas, encuentras restos, el gobierno encubre los descubrimientos y los grupos criminales pueden comenzar a perseguirte para acabar contigo. En México el gobierno en muchas ocasiones parece actuar a favor del crimen organizado. ¿A quién se acude entonces, quién ayuda? Las organizaciones de padres han tenido que pedir permiso a los grupos criminales para que les permitan buscar a sus hijos.
Si son las madres buscadoras y no el gobierno quien se encarga de buscar a los parientes desaparecidos, ¿qué hace el gobierno? Organiza, por ejemplo, las cifras y las estadísticas de los desaparecidos. Pero cuando las cifras se vuelven incómodas, el gobierno las tergiversa y las disminuye. Una operación cruel: desaparecer a los desaparecidos. La activista Cecilia Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, lleva semanas acusando al gobierno federal de estar preparando una ley para “desaparecer completamente” a las personas desaparecidas.
En general, la sociedad mexicana es indiferente al dolor de las madres buscadoras. Los jóvenes no se organizan para realizar colectas para recabar fondos que las ayuden en su búsqueda. Los empresarios no donan dinero para su causa. La sociedad civil no presiona al gobierno para que haga algo por ellas. El gobierno las hostiga. Los medios afines al gobierno se burlan de ellas. La presidenta Sheinbaum no se reúne con ellas, supongo que para no “manchar su investidura”, como su antecesor. Mandó en su lugar a la secretaria de Gobernación para que las atienda.
Más de 3,500 médicos cubanos trabajan en México. En muchos casos no realizan labores médicas sino de propaganda e ideología. México sigue regalando petróleo a Cuba. Eso es lo que sabe hacer el gobierno y lo hace muy bien: ayudar a las dictaduras que reprimen a sus pueblos. Si tu hijo desaparece puedes contar conque el gobierno no hará nada por buscarlo, al contrario, entorpecerá tus labores, falseará las cifras, y si el crimen organizado te amenaza y te persigue no hará nada o hará muy poco para protegerte, porque el gobierno actual sirve para apoyar a las dictaduras y proteger al crimen organizado.
Karla Quintana, ex titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, renunció a su cargo en 2023 al no estar de acuerdo con la manipulación de las cifras de desaparecidos que llevó a cabo el gobierno de López Obrador. Han desaparecido poco más de 140 mil personas desde que en 2006 Felipe Calderón inició la “guerra contra el narco”. A partir de 2019 las desapariciones registraron un notable aumento. En 2024 se registraron 10,058 casos, la cifra anual más alta hasta la fecha.
Los encuentran al borde de los caminos. Los encuentran en fosas clandestinas (más de 3 mil fosas fueron localizadas en el gobierno de López Obrador). Los encuentran descuartizados en grandes bolsas de basura negras. Eso cuando los encuentran porque también es común que quemen sus restos o que los disuelvan en ácido.
El gobierno no busca a los desaparecidos. Lo hacen las madres de sus hijos desaparecidos. Recorren todo el país con un palo en la mano. Primero invisibilizadas y luego acosadas y luego asesinadas. En Argentina, durante la dictadura, las Madres de la Plaza de Mayo (madres buscando a sus hijos desaparecidos por la dictadura), ganaron respeto mundial por su lucha. En México el gobierno organiza youtubers para reírse de ellas. El presidente del Senado las acusa de mentirosas. La sociedad las ve con lástima pero no organiza una red de apoyo para auxiliarlas. Los jóvenes cantan canciones que endiosan a los criminales. Mientras tanto, hoy mismo, cientos de madres, con hambre y con miedo, recorren los tristes caminos de México en busca de sus hijos desaparecidos. ~