Ser la de sede de unos Juegos Olímpicos solía ser un privilegio por el cual las ciudades estaban dispuestas a invertir grandes sumas. Pero este privilegio no siempre es buen negocio. Este video explica por qué.
Vine a Monterrey para escuchar, con profunda humildad, la crónica de estos tiempos trágicos. Descubrí varias cosas que, sí, me dejan dolido y preocupado, pero también esperanzado.